PROTEGE TU RED WIFI
En lo que se refiere a la seguridad de las redes wifi hay todo tipo de actitudes, desde las personas que, de manera consciente, dejan su red abierta, hasta quienes toman medidas de protección que harían palidecer de vergüenza a las empleadas por organismos de seguridad. No obstante, el hábito más extendido es el de tener la red “cerrada”, empleando para tal fin la configuración por defecto del router. Esto, en los modelos más actuales, si que ofrece un nivel de seguridad aceptable. Pero 
en dispositivos más antiguos es semejante a cerrar la puerta de casa, pero dejar una copia de la llave debajo del felpudo: en principio parece seguro, hasta que a alguien le dé por curiosear en las inmediaciones de tu casa para intentar colarse en ella. Y esto es malo, muy malo, puesto que sólo hay una situación peor que estar en peligro y saberlo, es estar en peligro y no saberlo, ya que en este caso, esa falsa sensación de seguridad te puede hacer despreocuparte… hasta que ya sea demasiado tarde.
La mayoría de las personas que se dedican a colarse en redes ajenas, es emplear éstas para conectarse gratis a Internet. Esto, aunque no es peligroso, puede repercutir directamente en el rendimiento que tú obtienes de tu conexión. Y es que ¿te imaginas qué ocurriría si alguien pirateara tu red y empleara tu conexión para descargarse gigas y gigas de datos? Está claro que tú experimentarías una merma muy importante en la velocidad y fiabilidad e tu conexión.
Otro problema de que alguien emplee tu conexión a Internet, es que puede hacerlo para llevar a cabo operaciones ilegales. ¿Qué pensarías si un día se presenta en la puerta de tu casa la Guardia Civil con una denuncia de que tu conexión a Internet se ha empleado para distribuir material pedófilo?
Y por último, ya que es menos habitual, el problema es que, si consiguen conectarse a tu red local a través del router, ya han hecho un buen tramo del camino para poder acceder a la información que guardas en tu ordenador.
Ni es tan fácil colarse en una red como emplear un programa ni tampoco son necesarios unos conocimientos técnicos demasiado profundos para hacerlo.
Por normal general, unos cinco o diez minutos son tiempo más que suficiente para que, la supuesta seguridad que protege tu red inalámbrica, pase a resultar totalmente inútil. Por eso hay que protegerse.
